viernes, 1 de enero de 2016

Pequeños, grandes fracasos de PETÍCOMITÈ: cinco años de microcultura.

PETÍCOMITÈ nace, como tantas otras cosas, por casualidad. La idea daba vueltas en  nuestra cabeza pero apareció por primera vez así denominada para la celebración de la primera edición de 'El día de los enhumorados', allá por febrero de 2011.



PETÍCOMITÈ
                                                          
Primer 'logo' de PETÍCOMITÈ



Poco después pudimos darle forma de proyecto y, por tanto, establecer algunos objetivos. Entre ellos existen dos que conformarán los primeros pequeños, grandes fracasos:

- Desarrollar una estructura de gestores estable, aunque no definitiva, que desarrolle los proyectos y defina las líneas de trabajo.

Pues bien, esa estructura, aún, no se ha desarrollado. Sería injusto decir que nadie se ha implicado en el proyecto durante estos cinco años. Por suerte, las colaboraciones han sido muchas y de gran valor. Pero han sido nada más -y nada menos- que colaboraciones. Esas personas, llenas de talento y actitud, no se han integrado en la estructura de PETÍCOMITÈ.
Seguimos abiertos a recibir a quienes aporten nuevas propuestas y enfoques pero, siendo sinceros, tenemos miedo de haber trabajado solos demasiado tiempo y no tener la flexibilidad suficiente.

- Despertar el interés en personas o colectivos de otros lugares que deseen desarrollar un proyecto basado en el concepto de microcultura y apoyado en las experiencias de PETÍCOMITÈ.

Aunque hemos recibido algunos pequeños reconocimientos -nada para venirse arriba- de algunos espectadores y demás agentes culturales, hasta el momento nadie nos ha contactado con el objetivo de replicar el modelo o utilizarlo como guía para desarrollar uno propio. Tampoco hemos establecido una línea de comunicación con este objetivo pero, algo vanidosos somos, pensábamos posible despertar algún interés.

Segundo 'logo' de PETÍCOMITÈ



Más allá de los objetivos, hablando ya de proyectos, continúan los fracasos (somos conscientes de que no fracasa quien no lo intenta):

- No se lo digas a nadie 3. La que debía convertirse en la tercera edición de ese proyecto con el que 'nos estrenamos' en la gestión cultural para las administraciones, dejó de recibir el apoyo del ayuntamiento que le había ofrecido un espacio para intentar poner a prueba el concepto de microcultura. Agradecidos por los buenos resultados de las dos ediciones anteriores, fue un primer varapalo para nuestro incipiente 'ego'. No se lo digas a nadie 1 y 2 generaron propuestas tan interesantes como la creación de la pieza de Paloma Hurtado DAKINI, la charla con Rubens Askenar CON LA MÚSICA A ESTE SIGLO, la visita con Gabi Maldonado, de Reciclown, a las profesiones del teatro desarrollada en el Teatro Guimerá en HASTA QUE SE ABRE EL TELÓN… Aún así, el proyecto no tuvo continuidad.

Un gran fracaso, todo hay que contarlo, tuvo lugar en una de las acciones de este proyecto, a la que solo acudió un espectador. Nos sirvió para aprender mucho sobre comunicación.


Tercer 'logo' de PETÍCOMITÈ



- ESPECTACCIÓN. Un fracaso que nos costó mucho asimilar, puesto que el proyecto, diseñado para seis meses, se desarrolló de un modo satisfactorio durante los 5 primeros pero, de repente, perdió el interés de los participantes (personas con inquietud por formarse como espectadores partiendo de un trabajo horizontal de descubrimiento.


Cuarto 'logo' de PETÍCOMITÈ



- +Q APLAUSOS es un proyecto con niños, una 'escuelita del espectador' que funcionó en dos centros escolares durante dos cursos. Bueno, en uno de los coles falló al segundo año. El fracaso fue la gestión con el equipo directivo, ya que los niños seguían interesados en participar, pero no conseguimos dar con la clave para que los adultos volvieran a darnos aquel bonito espacio de trabajo.


Y aunque hay más fracasos, consideramos estos los más importantes, aquellos que más nos enseñaron. Y es que aprender es uno de nuestros objetivos y el objetivo de esta entrada en el blog.