viernes, 2 de agosto de 2013

La alegría no inspira

Con esta afirmación me cubrí de gloria ayer.

Un poco más tarde retomaremos -si te apetece- la frase y generaremos un debate al respecto. Antes, quiero dejar claro que, con este tipo de sentencias, no pretendo otra cosa que mostrar lo que he querido llamar mis 'Pequeñas teorías sin contrastar'. Una forma de entretenimiento que, si así lo consideras, servirá para discutir distintos aspectos de la cultura, la creatividad y cualquier otro interés que podamos compartir.

También debo advertir que no soy artista (aunque en alguna ocasión haya podido participar del proceso creativo) y que, por esa razón, no limito la inspiración (utilizada como convencionalismo para hablar de creatividad) a ese ámbito, al de las artes.

Volvamos a la frase que da título a esta entrada. Surgió en una conversación con una artista y, al menos para el anunciado debate, quiero mantener lo que dije... Eso sí, intentaré explicarme.

Por supuesto que no quiero ser absoluto al afirmar que desde la alegría (o felicidad) no se puede crear. De hecho hay muchísimos ejemplos que anularían mi discurso.

Pero, hablando cuantitativamente, la tristeza inspira más. ¿Cuántas canciones hablan de 'lo bien que me va con mi novia' y cuántas se dedican al 'te echo de menos', 'me partiste el alma',...?

Recuerda que el objetivo es discutir. Siempre que pongo un ejemplo de canción compuesta desde la alegría, utilizo éste:






Y para hablar de canciones que parten, al menos por el resultado que muestran, desde la tristeza o la nostalgia, me gusta utilizar esta:






¡Igualitas! 

Claro que estos ejemplos son tendenciosos, si no, no tendría gracia la cosa. Habría ejemplos relacionados con otras disciplinas artísticas pero no es cuestión de extenderse, ¿no crees?

En realidad, quiero pensar que la alegría motiva a disfrutar, a compartir... ¡a ser feliz! Y, aunque el desarrollo creativo sea un canal por el que conducir esos estados, otros -quizás- inviten más al recogimiento, a encerrarse en el estudio, el taller, la oficina o la habitación para 'crear'.

Recuerde el lector que en este mismo blog hemos negado a las musas y consideramos el proceso creativo como responsabilidad exclusiva de las personas, sin divinidades.

Con todas las reservas y matizaciones que sea capaz de realizar, mantengo la frase inicial.


Es tu turno.