Con esta compleja denominación nace la nueva propuesta de
PETÍCOMITÈ. Un intento por subrayar los objetivos sociales de
nuestras acciones, aunque respetando la pequeña escala.
En todos los proyectos de microcultura, tanto solicitudes de las
administraciones y empresas privadas como en las propuestas activas
que hemos presentado, ha primado lo que 'dejarán' en la sociedad a
la que pretenden afectar.
Hace algunos años, Esther Hierro -Educadora social, experta en
gamificación y muchas cosas más- nos comentaba que el futuro
laboral estaba en las asociaciones entre profesionales, sin esperar a
que las grandes empresas vengan a buscarlos para resolver sus
situaciones.
El paralelismo con del mundo de la cultura apareció de inmediato.
La ciudadanía necesita asociarse, buscar el valor del conocimiento
compartido, de las experiencias comunes y dar por cierto aquello de
que el resultado es algo más que la suma de las partes.
Así, la heterogeneidad de cualquier muestra social permite que,
colaborando, los participantes en cualquier acción se lleven mucho
más de lo que aportan, más aún si se incorpora el análisis del
hecho cultural y la adecuada contextualización de los contenidos. Es
decir, aprender incluso de otras realidades pero adaptando esos
conceptos al entorno en el que se trabaja.
Las acciones de esta nueva línea de trabajo deberán identificar
el talento (mejor, los talentos) de los asistentes y facilitar su
desarrollo, además de articular formas más o menos lúdicas de compilar la
información que se genere en las mismas.
Será, entonces, POLICULTURA la 'materia prima' y SOCIAL el
objetivo. Las herramientas seguirán siendo, fundamentalmente,
artísticas.